El candidato siguió agradeciendo el apoyo de su ex rival Hillary Clinton, a quien derrotó en las primarias y cuyo apoyo recibió en la convención, y de su esposo Bill Clinton, que hizo lo propio. En un discurso concluido con fuegos artificiales, Obama prometió asimismo no dudar "jamás" en defender a Estados Unidos, en respuesta a críticas de los republicanos, que acusan al joven senador, de 47 años, de no tener la experiencia suficiente para dirigir el país. El senador aclaró, no obstante: "solamente enviaré a nuestras tropas a correr riesgo de vida con una misión clara y un compromiso sagrado de darles el equipamiento necesario para el combate, y el cuidado y beneficios que se merecen cuando vuelvan a casa".